Simple

No somos nada
tan nada, que podríamos ser algo
tan algo, que de existir... sería perfecto.

Ilusiones inocentes..

No recuerdo al cumpleañero, no recuerdo el lugar, pero si el compartir ese momento partiendo de la inocencia de nuestra edad, con un suceso condenado de antemano, pero no por eso privado de las nuevas emociones que a medida crecemos vamos saboreando.

Luego de dar una y tantas vueltas corriendo en la fiesta, de saltar, de comer, de contarnos de la escuela y de los juegos que nos gustaban, recuerdo que le pregunté su nombre. Mas no recuerdo su respuesta.

Una y tantas cosas, el entorno, el clima, el día.. la mayoría de los recuerdos desplazados en la burbujeante atmósfera del olvido.

Pero si hay una situación que por años, no se ha apartado de mi mente en ningún momento y con la magia y admiración que amerita, lo recuerdo:

- ¿Y donde vivís? - le pregunté

- Vivo en Sierra Morena

- Esperame. Ya vengo.

Y corrí hacia donde se encontraba mi abuela:

- Abuelita.. ¿queda lejos de casa Sierra Morena?

Para no olvidar..

El aroma de tus labios,
el sabor de tus cabellos
el tono de tu mirada
y la profundidad de tu voz

La ternura de tus uñas
el recorrido de tus mejillas,
la humedad de tus cejas
y el sendero de tus venas

La inmensidad de tu pecho,
la estrechez de tus pulmones..
yo pecado de tu alma
y la divinidad de tu corazón.

Eco-iluminada I

parafraseando textos ajenos más o menos modificados con unas cuantas locuras personales. 

Obra: Baudolino, Umberto Eco

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Aquí estoy y tengo la impresión de existir solo porque por la noche-madrugada, puedo relatar lo que me ha sucedido durante el día. -Quizá mi historia sea un sinsentido- Pero de aquí soy yo... de dónde generalmente hace calor y llueve o de lo contrario está nublado, cuando no está nublado, está fresco, cuando se pasa de fresco hace frío y cuando más frío hace... de pronto, vuelve a llover y a hacer calor. Hoy quiero hablar de todo y de nada, porque en tanto escribo no lo hago y en tanto parafraseo divago, pero sigo sin dormir igual. 

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Yo no quiero ser mentirosa y estar negando pues bien dicen que mentiroso que niega está afirmando, aquello que pretende negar... y ya que el mundo condena a los mentirosos que no hacen más que mentir sobre lo ínfimo, prefiero que me premien como a los Poetas, que mienten sólo sobre lo excelso. Si, que se me acuse de inventar hermosas mentiras y de ejercer la retórica para decir cosas que no estoy segura de que sean verdad... Y así diré que jamás testimoniaré algo que crea falso, sino que testimoniaré falsamente algo que creo verdadero, lloraré lágrimas sinceras y escribiré sobre muchas cosas que aún no he vivido.

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Estando en plena clase

se desata una persecución,

no se si sigo la lección o acoso a mis pensamientos, 

dos segundos eternos 

que culminan con un llamado de atención

ya dejá de leerme el corazón

 y de robarme lo que siento

que me saqueás el pensamiento

 y me callás la expresión. 

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El problema de mi vida, es que siempre he confundido lo que veía... con lo que deseaba ver, aplicable también a lo que sabía y quería saber... y a lo que quería o pensaba querer... pero ¡basta de rimas! pues lo único que sé, es que de verdad que no hay verdad absoluta. Aquí no cabe el "diga lo que diga, es verdad porque lo he dicho" pues quien vuelva a tener esta osadía, está en un completo error. 

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Cómo me he reído con esta comparación

y es que de la incontinencia y del vómito verbal ya había leído

pero no del poeta diarréico o estreñido 

cómplices todos, de una literata indigestión

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Y así apago con un suspiro y por vez primera, esta luz mental que me ha regalado Eco durante una productiva tarde de lectura... una entrada excéntrica muy al estilo de un admirado y extraño compañero de mentiras. 

Mi radio el silencio.

Hay canciones que son a falta de una descripción más completa y compleja: preciosas.

De esas que nos ponen a pensar, a recordar -y como bien dicen recordar es volver a vivir- y muchas veces ese volver a vivir describe: volver a sentir esos labios, volver a rozar esa piel, volver a ver esa sonrisa que en su momento fue luz, volver a encontrarnos a esa persona, en ese momento, en esa primera vez, en ese conjunto de situaciones que se estrechan con un lazo creando algo completamente novedoso.

Volver a encontrarnos bajo esa fecha, bajo ese clima, bajo ese sentimiento de felicidad o de tristeza o dolor, momentos mágicos, trágicos, situaciones que en su momento en nuestra mente se encuentran apacibles, descansando bajo las hojas de las plantas de lago.. y juegan a flotar justamente cuando se produce el suceso de escuchar una canción.

Y hay llanto por un lado, felicidad por otro, tristeza, agonía.. pero al fin y al cabo una canción, que puede que a bien o mal se convirtió en propósito sin saberlo, por que una persona, un autor a miles de kilómetros de nosotros y alejados a más de seis grados de distancia quizá, pero con su composición supieron describirnos, nos conocieron sin duda alguna, por que ese sentimiento fue plantilla para ellos y ahora lo es para nosotros.

Y puede ser una composición musical que me hable de felicidad y me provoque tristeza o de tristeza y me provoque felicidad.. pero ¿puede haber algo más difícil? hay cierta cancion que evoca a tal situacion:

Mientras tenga que cambiar la radio de estación.. por que cada canción me acuerde a ti.

Y te quedás en el silencio, y te quedás con la sorpresa. Por que esa persona, ese sentimiento, ese completo amalgama de sabores intangibles, de una u otra manera.. continúa allí.

Distancia

... y con tu cercanía.. ya nada me parece tan lejos..

Parcialidades presentes

Hoy te vi, con esa plante de bohemio callejero, en tu perfecta pose de conquista y con tu tradicional cara de inocente perdedor. Te fumabas ese cigarro podrido, que te deja la boca sucia, de engaños, de palabrotas, de críticas y de otros miles de vicios que no me incumbe nombrar. 

Te adueñaste del tiempo nocturno que antes corría y que en ese momento estaba paralizado, contemplando junto a mí, la paradoja existencial que se deriva de tu presencia. Desvié la vista dos segundos y al volver habías desaparecido, la sensación fue confusa, tan confusa como lo sos vos mismo. 

Pero de pronto, sentí el olor anicotinado de tus palabras y supe que eras vos, una especie de sombra que atormentaba mis sentidos... ahora sé que jamás buscaría tu boca y quien sabe qué otras cosas más, total ya estás dañado, se te ha caducado la integridad y la escasa humanidad que habías conservado hasta hoy.